
Lo que nos dicen los datos
Se calcula que tan sólo el 8,9% de las empresas familiares españolas han planificado la sucesión en la empresa mediante la elaboración de un protocolo familiar. La consecuencia de esta falta de previsión es significativa: tan sólo el 15% de las empresas familiares sobreviven a la primera generación. Existe una relación directa entre la planificación y las posibilidades de éxito de la familia empresaria. De ahí la importancia de planificar adecuadamente el relevo generacional en la empresa mediante un protocolo familiar.
Causas del fracaso en la empresa familiar
Existen multitud de causas que pueden provocar el fracaso de una empresa familiar. Cada circunstancia es única, por lo que no hay respuestas «de manual».
Sin embargo, algunas referencias suelen estar presentes en la mayoría de casos. El autor clásico John L. Ward realizó un estudio sobre las causas del fracaso de la empresa familiar en Estados Unidos, con los siguientes resultados:
- El 10% de los fracasos obedecían a la falta de capacidad del sucesor para llevar las riendas de la empresa.
- El 20% de los fracasos tenían que ver con razones relacionadas con el negocio, y por consiguiente en causas ajenas al proceso sucesorio.
- El 10% de los fracasos estaban relacionados con carencias de capital.
- El 60% del porcentaje de fracaso tenía como causa el surgimiento de conflictos familiares de diversa índole.
¿Por qué surgen esos conflictos? Los elementos más comunes de conflicto familiar en la empresa suelen ser los siguientes:
- El relevo no planificado del líder familiar.
- La influencia de allegados a la familia sobre el grupo empresarial.
- Las discrepancias que van surgiendo en el reparto de las responsabilidades en la empresa, las retribuciones y los beneficios.
Ventajas de la empresa familiar
A pesar de los retos propios de la empresa familiar, las ventajas competitivas de estas compañías son notables:
- En la empresa familiar existe un mayor grado de compromiso y dedicación hacia el negocio.
- La empresa familiar tiene un mayor índice de autofinanciación y de reinversión de los beneficios en la propia compañía.
- Existe una mejor orientación hacia el mercado.
- Mayor vinculación con los clientes, porque se trata con personas, no con grandes corporaciones impersonales.
- Los trabajadores suelen tener un comportamiento más entusiasta hacia la empresa y un mayor compromiso.
- El afán de superación es mayor que en otro tipo de empresas.
La importancia de la planificación
Entonces, ¿por qué es tan alto el índice de fracaso en la empresa familiar, especialmente cuando se afronta el momento de la sucesión? Por falta de planificación. Otro autor clásico, Laurence Johnston Peter, dijo con acierto:
“si no sabes adónde vas, acabarás en cualquier otra parte”.
Esto es exactamente lo que ocurre cuando no se planifica el proceso sucesorio en la empresa familiar. Para planificar adecuadamente el futuro en la empresa familiar, es importante desarrollar cuidadosamente 3 etapas.
Fase de reflexión
En esta primera etapa se realizan entrevistas personalizadas con todos los miembros del grupo familiar, a través de unos cuestionarios en los que se abordan los elementos críticos que deben afrontarse en un proceso de estas características, como el marco estratégico y financiero de la empresa, los valores familiares y empresariales, el trabajo de los miembros de la familia, las normas de conducta, la prevención de conflictos de interés, etc. La información obtenida del grupo familiar se procesa, se analiza por un panel de expertos y se ordena en un sistema DAFO que permite presentar visualmente las Debilidades (aspectos negativos internos), las Fortalezas (aspectos internos positivos), las Amenazas (aspectos negativos del entorno exterior) y las Oportunidades (aspectos positivos del entorno exterior). Una vez diagnosticada la realidad de la empresa y el grupo familiar, puede iniciarse la fase de organización.
Fase de organización
En esta fase se organiza la gobernanza familiar y empresarial. Aunque cada caso es único, se suele proponer un Consejo de Familia, la adaptación de los Estatutos de la empresa familiar, pactos entre socios, así como normas para el gobierno de la sociedad a través de su Junta General de Accionistas y su órgano de administración. A modo de ejemplo, algunas cuestiones que suelen abordarse son el régimen jurídico de las participaciones sociales, las mayorías exigibles para la adopción de acuerdos, los criterios para la composición del órgano de administración, las normas que regulan la incorporación de familiares a la empresa, su retribución, la formación exigible a los miembros de la familia que se incorporen a la empresa, etc.
Fase de sucesión
Por último, llega la etapa de la sucesión propiamente dicha. Las rupturas generacionales abruptas no suelen ser recomendables. Es mejor trabajar con la idea del pacto generacional, en un proceso progresivo que empieza con la formación de los nuevos líderes, el aprendizaje práctico con los fundadores, la progresiva delegación de facultades, la asunción de responsabilidades de administración y por último la llegada del momento de la sucesión.
La necesidad de un buen asesoramiento jurídico
Para elaborar un buen protocolo familiar es imprescindible disponer de un buen apoyo jurídico, ya que es preciso abordar aspectos mercantiles, tributarios y de Gobierno corporativo. El asesor independiente es imprescindible para acercar posturas entre los miembros de la familia y buscar soluciones prácticas a los problemas de cada grupo familiar.
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